Los sonidos relajantes y tranquilizadores del tambor de lengua, y su facilidad para tocarlo, lo convierten en un gran complemento para la musicoterapia. Tocar uno de estos tambores es intuitivo y relajante, ya que ninguna nota suena mal. Esto ayuda a promover la autoexpresión, al mismo tiempo que crea un vínculo entre el músico y su público.
Posiblemente no hayas escuchado nunca hablar de los tambores de lengua, pero estamos seguros de que una vez que oigas el cálido y aterciopelado sonido que emiten y veas la facilidad para tocarlo, harán que quieras uno inmediatamente.